El día que me atreví a estar desnudo de verdad

El día que me atreví a estar desnudo de verdad

¿Por qué hice Stay Naked?

Solo sabía que ya no podía seguir en la misma vida. Estaba temblando de miedo. La vida "correcta" ya no tenía sentido. Me acordé de mi esencia, que puse sobre un entrepaño hace tantos años. Dije: ¿por qué estoy en donde no me quieren? Sobre el papel social todo estaba en orden: familia, hijos, negocio, dinero. Pero era la vida de alguien más. Moría por vivir lo mío, mi vida, bajo mis estándares y valores. Pero a mis casi 40 años no tenía experiencia de vivir solo, ahí es cuando me sentí adolescente por primera vez. Los miedos, incertidumbres y muchas batallas internas: si me quedo o me voy, si podré solo o no, si valgo algo por mi propia cuenta o en verdad necesito a mis parejas.


Sanción en medio del caos

Así empezó mi camino hacia la sanción mental y espiritual. Tuve que agarrar el valor de hacerlo a pesar de todo lo que me decía la gente alrededor toda mi vida. Me fue de mal en peor en cuestión de meses. Mientras mas lo pensaba, menos sentido tenía la vida, las acciones, principios, familia, valores. Todo salió sobre la mesa y cuestioné todo al mismo tiempo. “¿Por qué?” era la palabra clave, como un niño de 3 años que pregunta todo y quiere saber todo a la vez. Buscando respuestas, muy rápido entendí que nadie sabe las respuestas a mis preguntas, y todos te jalan hacia lo que les conviene a ellos.

Las pláticas de l@s psicólogos más famosos de YouTube hablaban en un modo que me dejaba más confundido. Según ellos, todo lo que sabía sobre mí y todo lo que tenía estaba mal. Las mantras de “I am enough” o “la ley de la atracción”, en realidad no tenían un sentido en mi cabeza. Solo me resonaba la idea de tener presente, físicamente y visualmente, mi meta u objetivo. O sea, escrito, colgado en un lugar visible de mi casa para reenfocar mi energía en lo importante para mí. Sin querer empecé a crear frases para poner en el refrigerador, escritas sobre cualquier papel que encontraba en mi casa y con cualquier lápiz, pluma o plumón. Cada unos días o semanas la meta cambiaba y mis frases también.

“El silencio sobre tus luchas internas solo prolonga el sufrimiento; busca espacios seguros para expresarte.”

Mi instinto me hizo alejarme de todos. De por sí estaba solo aquí en México (mi familia está regada en todo el mundo). Ahora me permití por primera vez en mi vida quedarme verdaderamente solo: sin amigos, sin familia, sin colegas, en silencio, sin el “ruido” externo. Pensé que eso era libertad. Era otra forma de encierro.

Descubrí lo peligroso que es este pensar, que es un arma de doble filo. No lo recomiendo a nadie. Este lugar me llevó a momentos muy oscuros en mi proceso.

Me hablaba solo. Dormía a medias. Dejé de contestar mensajes. Dejé de bañarme. Dejé de esperar.

Hoy, puedo decir que el silencio es bueno para hacer cuentas de lo que verdaderamente importa, sin las intenciones ocultas de nadie. Pero si no lo sabes manejar bien terminas deseando desaparecer. Y eso fue exactamente lo que me pasó.

Suicidio. Me da miedo mencionarlo, y estoy llorando al escribir estas palabras porque duele hasta el fondo de mi ser.

Cuando piensas en suicidio lo primero que te dicen es que es “ser egoísta”. Pues para mí, era justo la definición más exacta de lo que intentaba lograr: pensar en mí, no en ellos. Era la primera vez que quería elegirme. Pero desde el lugar más oscuro.

Mi mente creó toda una lógica, con razones del por qué hacerlo. Estaba libre, sin restricciones, sin nadie que me detuviera.

Sí lo intenté.

Y no me fui.

Si estás leyendo esto ahorita y tienes tus dudas, por favor detente. Piensa que aún te amas a ti mismo. Porque te importas tú a ti mismo. Este pensar viene desde el dolor de aceptación/aprobación externa. El valor está en ti, el mismo valor que tú te das a ti mismo. Si no lo ves ahorita, solo sigue leyendo. Y si no puedes leer, respira. A veces, eso ya es un acto de amor.

“La empatía hacia ti mismo es tan crucial como la que brindas a los demás.”


La pregunta que me cambió todo

En ErosGay siempre preguntamos a los modelos: ¿cuál es tu esencia? para transmitirla en las fotos y luego en mensajes de valor para el público. Después de casi 30 sesiones fotográficas publicadas, en una de las entrevistas le mencioné al entrevistado que a veces los modelos no saben qué responder cuando les preguntaba “¿cuál es tu esencia?”. Esa noche, en la cama, cuando repasaba en mi cabeza la misma plática, me dije: ¿y tú sí sabes cuál es tu esencia? Lo filosófico empezó a dar vueltas en mi cabeza, siguiendo con preguntas como: ¿para qué vivo?, ¿para qué tanto desmadre?, ¿cuál es mi propósito aquí? Literal: ¿nacer, chingarle toda la vida y morir? Me deprimí mucho al siguiente día. No encontraba las respuestas hacia unas preguntas tan básicas. Me tardé mucho analizando mis propias conductas, cuándo me sentía más en mi papel y por qué.

Ahí es cuando entendí que me gustaba empoderar a la gente a mi alrededor. Sacar lo mejor de ellos. Unos le llaman ser “gente vitamina”.


Así nació Stay Naked

Esa noche me levanté de la cama a medianoche para ir a tomar un vaso de agua y noté mi frase más reciente. Estas frases, las que me hice a mí mismo, seguramente funcionarán para otros. Si mi esencia es empoderar a la gente y ayudarles, según yo, en lo que más importa, ayudarles a crecer a su propio ritmo con las mismas frases. Pero dárselas al estilo y con la estética de ErosGay.

No volví a dormir esa noche. La ardilla en mi cabeza ya no dejó de correr. En la mañana ya tenía todo el plan de ataque listo para ejecución. Tenía un problema: cuando empecé a leer mis frases vi que estaban escritas de un modo muy personal y no eran aplicables para el público en general. Me tardé en reestructurarlas, para que no perdieran la esencia de lo que dicen y que pudieran resonar con la mayoría del público.

Recuerdo, cuando estaba diseñando las tarjetas y leyendo las frases una por una, recordando el proceso interno detrás de cada una de ellas. Terminé chillando todo el día y con un dolor de cabeza impresionante. Ese día estaba contentísimo, sabiendo que estas frases podrán ayudar a más personas, del mismo modo que a mí.


Un recordatorio para ti (como lo fue para mí)

Todos tenemos nuestras vidas cotidianas y diarias. El caos a veces nos hace perder nuestra visión y el proceso interno se alarga, se corta, se paraliza. Se nos olvida lo importante y empezamos a ver solo lo negativo, lo que nos lleva a la depresión y el malestar emocional, pensando que todo está mal en nuestras vidas.

Selecciona la frase que más describa tu proceso hoy día. Ponla en el lugar más visible en tu casa, para que la veas mínimo dos veces al día. Espero que te ayuden tanto como me ayudaron a mí. Mi proceso fue demasiado largo solo porque no sabía verbalizar estos consejos tan poderosos.

Y recuerda:

“Cada cicatriz emocional cuenta una historia de supervivencia y resiliencia; honra tu proceso.”

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1 comentario

Que bueno que te pude leer 😁✨ gracias por estar

Mar

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